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La democracia según Dahl

  • Foto del escritor: unaideaisvn
    unaideaisvn
  • 5 oct 2018
  • 2 Min. de lectura

Robert Dahl estudió a la democracia como un régimen político y plantea que no puede ser aplicada con sus características de manera plena, sobre todo desde la idea de que, dicho régimen determina quienes acceden al poder político, cómo lo hacen y cómo trabajan.

Consideramos que lo que supone Dahl es enfatizar el rol de las minorías como autores con poder para vigilar las acciones de sus gobernantes, y que, por ese motivo, prefiere hablar de POLIARQUIAS para remitirse a las democracias actuales.


Según este politólogo los requisitos de las poliarquías son:

  • LIBERTADES POLÍTICAS: Se refiere al derecho al voto, libre y universal, al derecho de ser electo, al derecho de los líderes a competir por el voto popular y a elecciones libres y justas. Estas pautas garantizan el derecho a votar de todos los ciudadanos y hace alusión, también, a las elecciones fraudulentas.


  • EXPRESIÓN Y ASOCIACIÓN DE LOS CIUDADANOS: Son la libertad de asociación, la libertad de expresión y la libertad de prensa. Estas son garantías constitucionales en nuestro país y podemos relacionarlas con el manejo de la información de los medios masivos de comunicación.


  • SOBERANÍA POPULAR: Refiere a que las instituciones públicas accedan al voto popular y que definen elecciones. Acá destaca el rol de la participación ciudadana como un eje fundamental para el ejército de las democracias actuales.

Según el concepto tradicional, y como ya se mencionó al comienzo, se habla de mayorías que votan y minorías que controlan las funciones de los políticos. Pero Dahl define a estos actores como líderes, que son quienes ocupan cargos electivos y no líderes que evalúan las acciones de los que accedieron al poder.


Sostiene, además, la importancia de la negociación entre estas dos figuras para la estabilidad del sistema.


Se propone en condiciones previas para el desarrollo de las poliarquías, por ejemplo, adoctrinamiento social, acuerdos básicos, pluralismo social, expansión de derechos individuales, renovación de liderazgo y sociedad sin diferencias sociales.


Nuestra reflexión sobre la propuesta de Dahl es que, al igual que sus críticas, al término político de democracia, es también complicado de abordar desde la práctica, ya que las sociedades son cada vez más desiguales en cuanto a la riqueza; los liderazgos tardan mucho tiempo en formularse y, mientras tanto, las mismas autoridades se perpetúan en el poder. No hay capacidad de discernir entre lo malo del pasado con lo de presente y los representantes culpan siempre a los anteriores por condiciones reales y actuales; hay intolerancia social y los compromisos son cuestionados desde todas las perspectivas.


Si bien la propuesta nos parece interesante, creemos que llevarán mucho tiempo poder ejercer plenamente todas las características propuestas para democracias actuales.

Es algo utópico pero quizás todos tiremos algún día para el mismo lado y los actores políticos no pesen tanto, los medios no mientan tanto, los candidatos sean sinceros y nosotros, la sociedad, podamos verdaderamente ser centrales en el control de aquello que hace nuestros gobernantes. Quizás algún día seremos un estado activo transitado en una democracia actual o poliarquía plena, tal lo propone Dahl.


Felipe Freggiaro, Agustín Vaira, Vicente Morales, Nicolas Cerruto, Emilio Robles, Máximo Castañarez.

 
 
 

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